lunes, 5 de noviembre de 2007

Más información sobre jardines orientales

Por Dalí Sanguine.

Son los chinos (500-600 A. J.C) los que, como profundos amantes de lo natural, reúnen a su lado arbustos, piedras, flores y otros elementos para ellos significativos, distribuyéndolos según un verdadero juego de formas, tamaños y colores. Lo hacen rechazando toda rigidez y simetría y tratan de imitar, en lo posible, las formaciones naturales, tanto en reducidas como en amplias superficies de terreno.
Sus plantaciones no responden, por ello a rectas; los senderos son curvos, serpenteando sobre el terreno ondulado. El agua corre en forma de arroyuelos de irregulares bordes, donde las piedras, colocadas con maestría, parecen surgir del lecho; puentes y pabellones, son pequeñas obras de arte. Completan el conjunto tan característico, arbustos y flores.
La jardinería japonesa posee características muy similares a la china, pero los espacios que conforma son mucho más reducidos. Componen verdaderos jardines del sentimiento y la meditación, donde cada árbol y cada planta tienen un especial significado.

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