domingo, 13 de julio de 2008

El Naufragio del Ángel

En llaves del naufragio eterno
figura un ardor ennegrecido
que aúlla como lejano zumbido
en una cuna de dolor y consuelo.

Para el ángel que llora en la cúspide,
para el que añora los finales,
para ese ángel que emociona
lágrimas de pena
y en sus alas seca el desgarro del encierro.

Si ese ángel, de torturados cielos
cayera en éxtasis al sueño,
si tan solo por una vez fuera posible un cuento,
un cuento que hable de países nuevos,
un cuento que revele los más bellos secretos;
los misterios del castillo de los mitos
que revele la desmesura de un amor eterno.

Si ese ángel cayese con suavidad al sueño
y si en su barco antiguo de niebla y de nostalgia
fuera más eterno que el ala de un muerto.

Si fuera más eterno.
Si cayera con los sueños
en su barco de almas antiguas,
en el ala de un muerto.

Ingrid Fainstein Oliveri.

De Opinión y otras Recomendaciones...

Las últimas semanas, todo 2º B dedicamos las horas de Castellano al libro y la película de Romeo y Julieta, de Baz Luhrmann ésta última interpretada por el famoso actor Leonardo Di Caprio.
Recordemos: Romeo y Julieta (Romeo and Juliet, en su idioma natal) es una obra teatral escrita por William Shakespeare, que relata la historia de dos jóvenes enamorados cuyo amor es imposible ya que sus familias estaban enemistadas, causando la discordia de Verona y, finalmente, la muerte de ambos protagonistas.
En la película ocurre un importante hecho que marca la diferencia crucial entre la película y el libro: Ocurre en los tiempos contemporáneos, lo que obliga a la historia a cambiar varios elementos como las armas, los transportes, las construcciones, dejando sin embargo, el lenguaje típico utilizado en la obra teatral.
Al principio cuesta entender ya que el ambiente es muy diferente al lenguaje que utilizan, pero a medida que continúa la película se puede entender y apreciar mejor las situaciones descritas en la obra. Una posible interpretación del cambio podría significar que, a pesar de la época en que se vive y los problemas que existan entre dos personas, el amor siempre persiste.
En mi opinión, es una película bien lograda, de actores reconocidos, con una ambientación que, a pesar de diferente, está bien adaptada.

Carla Umansky.

Pensamientos de una mente frustrada


Stan Laurel, sentado en su sillón, viendo la televisión, sintió insatisfacción y Oliver Hardy, desazón; cuando vieron a cómicos amateurs, que eran aplaudidos por un público mediocre. Miles de ellos mirando a la nada, riéndose mayormente donde les indicaban que lo hicieran, siendo presos de un universo con poca creatividad.
Stan, pensativo y removiendo en su cabeza, dice:
"Soy un hombre famoso al que nadie conoce. Mi trabajo era bueno, teníamos potencial. No entiendo por qué la gente adora a cualquier persona que llega a la caja boba. Ya nadie habla de mí, de mi compañero.
Tendríamos que seguir apareciendo en las pantallas, demostrando lo que se puede hacer con capacidad. No sé por qué no quieren darme trabajo, si yo fui uno de los mejores. Si tan sólo me dieran una oportunidad más, les demostraría, les enseñaría a todos los que inconscientemente quieren ser tan buenos como yo. Algún día voy a tener mi mención, reconocimiento y memoria. Yo sé que la gente se va a cansar del hipnotismo y de lo hipnótico de las cosas irreales, y tendrá que recurrir a lo antiguo para liberarse y calmar su espíritu."

Martín Sanchez, 3º A.

miércoles, 9 de julio de 2008

Cementery Night

Sonó el despertador, 6.40 am. marcaba el reloj. Se levantó, se vistió, desayunó, agarró sus cosas y fue camino al colegio. Era una mañana fría y vacía del viernes. Nadie caminaba por las calles. Camino al colegio se escuchaban gatos maullar, perros ladrar y sin embargo, no se veía a nadie pasar. El colegio se encontrana a unas cuadras de su casa. A medio camino, sintió que alguien la seguía. Desesperada, comenzó a caminar más rápido. Al volverse atrás, vio a un hombre con sombrero, tapado largo, con una caja color rojo y unos zapatos negros de vestir. El hombre lucía como cualquiera, y la niña se tranquilizó. Al mirar nuevamente hacia atrás, el hombre había desaparecido. La niña se asustó, pero ya sólo le quedaba una cuadra para llegar a su colegio. Una vez allí, vio que sus puertas estaban cerradas y tan solo eran las 7.30 am. (ella solía entrar 7.45 am.). La niña creyó que no había clases y que la tonta se había olvidado.
En vez de ir a su casa, la niña decidió ir a caminar, pues hacía un mes que se había mudado y no conocía todo el barrio.
Al caminar y caminar, la niña encontró un viejo y solitario cementerio. A ella le fascinaba la cultura gótica (sin serlo ella), decidió entrar para contemplar los ángeles. Una vez dentro, volvió a ver a aquel hombre de sombrero y tapado y lo vio acercarse a ella. La pobre se asustó por un momento hasta que vio que el hombre solo pasaba a su lado. Como loca decidió caminar y dejarlo atrás.
La niña fascinada por aquellos ángeles se dejó llevar y quién sabe dónde terminó. Se había perdido, pues el cementerio era tan grande, que parecía ocupar como 2 manzanas y media, de lo enorme que era. Nuevamente vio a aquel hombre pasar con la cabeza baja y Aquella mirada perdida, cansada. Decidió preguntarle qué es lo que hacía y a qué se dedicaba. Se paró junto a él y aquel con su cabeza enhiesta, cara pálida y la boca seca.
Él la sorprende y le pregunta: - Dime niña, ¿Qué es lo que quieres?
- Nada señor. Sólo quería saber si Usted trabaja aquí.
- Pues hace décadas que estoy buscando siempre alguien nuevo. ¿Necesitás algo?, ¿Qué quieres saber?
- Sólo quería saber quién fue el hombre que diseñó estas estatuas?
- Pues sinceramente, niña, no lo sé. –contesta el hombre.
- Ah, lamento haberlo molestado.
- No te preocupes, pero dime… ¿Qué hace una niña tan bella como tú en un lugar así?
- Pues nada, sólo vine a ver los ángeles.
- Ah, está bien, ten mucho cuidado.
- ¿Cuidado de qué? –pregunta, pero al haberse distraído con aquel gato que pasó a su lado corriendo, había perdido de vista al hombre. Nuevamente había desaparecido.
La niña asustada decidió marcharse pues ya eran las 6.00 pm. Sorprendida por cómo pasó el tiempo, fue rumbo a su casa. Cuando entró, la madre le pregunta cómo a sido su día, ella solo le responde, - con un Extraño-, y va a su habitación. Cansada de tanto caminar, se tira en la cama y se queda dormida.
Mientras dormía soñaba que era de noche y ella se encontraba en el Cementerio. Oía voces, gritos, llantos y veía pasar a aquel hombre, con unos niños de la mano. Cuando ésta se despertó por los gritos de su madre para llamarla a comer, sintió muy fría la habitación, tomó su abrigo y fue a camino a la cocina.
Mañana ya es sábado, la niña adoraba los sábados, pues no había colegio. Se acostó pensando en aquella imagen del hombre y los niños.
A la mañana siguiente decidió volver al cementerio, esta vez, ya estaba asustada, pero ignoraba aquel sueño.
Una vez dentro, no había nadie; una cosa extraña en un sábado. Se centró en encontrar aquel lugar del sueño. Comenzó a oír pasos y risas de niños. Aún así, lo ignoraba. Se detuvo un momento al ver un ángel con lágrimas en su cara, con los brazos estirados como si quisiera algo. En aquel momento sintió que le susurraban al oído. Al darse vuelta no logró ver nada. Corrió la mirada hacia el ángel y vió… detrás de la escultura la cara de un niño. La pobre, aterrada, sale corriendo y va hacia otro lado. Aún podía oír aquellos pasos. Ya comenzaba a preocuparle demasiado. Sin dejar de darse vuelta a cada segundo, corría hacia adelante y vió al hombre con los niños. Como loca se cubrió la cara con sus manos, y por el hueco entre sus dedos, logra ver al hombre con los niños. Al sentir que le tocan la espalda, cuando se da vuelta, ve a un niño con ropa sucia, rota, cubierta de sangre y con una mirada totalmente perdida. La niña se quería ir y veía cada vez más niños y los oía decir:
- Ven, ven con nosotros, tú nos quieres, te queremos, eres nuestra. Tú y tu corazón nos pertenece. –Con sus mugrosas uñas al querer abrazar sólo la lastimaban y la hacían sangrar. Desesperada los impulsó y pudo correr, hasta que cae al suelo, él llevaba un cuchillo en su mano y aquella … A gritos le dice que la deje en paz y el hombre contestó:
- Sólo te queremos a ti, queremos tu corazón, queremos que nos ames.
- No, déjame, soy solo una niña.
- Sólo queremos que te quedes con nosotros, tú que apareciste aquella mañana, tú que buscaste, eres la perfecta.
Con lágrimas en los ojos, repite una y otra vez que no!
De pronto, se escuchaban pasos, la niña se cubre la cara y siente que le tocan el hombro y dicen:
- Hei, ¿estás bien?, ¿Qué sucedió?
Al abrir los ojos ve a un señor que parecía trabajar en el Cementerio. Se levanta y lo sujeta bien y le repite que sólo la querían a ella, sólo a ella.
Ahora ella se encuentra en un Instituto Psiquiátrico. Se dice que a la noche se la escucha gritar, como si viviera una y otra vez aquel momento.
Solía decir que aún están con ella y que nunca la dejarán ir.

Noelia Muñoz Manso.

Estaba tan asustado como una liebre…

Un hombre de 30 años piensa en robar un banco, lo único que tiene a mano es una pistola nueve milímetros. Tiene dos opciones: o se va y no roba nada o sigue con su plan de ir a robar. Sin pensarlo más, el hombre se manda al banco con toda energía.Entra gritando que es un asalto, ¡todos en el suelo! La gran mayoría obedeció, los que quedaron parados estaban congelados del susto. El hombre al ver que no cumplían con las ordenes, hecha un tiro al techo y recién ahí obedecieron.Uno de los cajeros aprieta la alarma silenciosa, la policía está afuera del banco y el hombre ESTABA TAN ASUSTADO COMO UNA LIEBRE… Como si fuera una película de acción, una bala sale y él la ve, como en cámara lenta, casi por entrar por el ojo. Se despierta y se da cuenta que fue una pesadilla… Una caja de DVD con una película “de robo” fue la inspiración para la pesadilla.

Francisco Mopardo, 3º A.

domingo, 6 de julio de 2008

El Último Camino

Amanda vivía junto a las vías del tren de Luton Sacrelnt. Barrio de alta aristocracia inglesa, sólo algunos sitios desolados, de noche, se convertían en un refugio.Una tarde mientras leía una carta que le había enviado un amor anónimo, la empleada tocó la puerta de su recámara para anunciar la cena.
Al volver a la realidad sintió un vacío repentino, un abismo en el alma, una desolación angustiante, una despersonalización que sólo había sentido en pesadillas, y ahora volvía a revivirla. Sofocadamente callada, bajo las escaleras de terciopelo apoyándose temblorosamente en la baranda de acero disimulado.
Una angustia silenciosa se apoderó de su ser. Su conciencia buscaba respiro mientras distinguía con un mareo la corrección de la sala y las personas que eran apenas líneas insignificantes desapercibidas de ese ambiente. Sentóse correctamente, debidamente, fugazmente…La noche fue menos asfixiante, la noche siempre era más fresca, más sincera, más pura.La calle húmeda y los faroles blanco luna difuminados por la lluvia protectora.La naturaleza sabe la belleza de los pensamientos.
A la mañana siguiente no quiso despertar, quería vivir en un sueño.En la hora del desayuno sintió que cada vez estaba más lejos de la dimensión de la realidad. Amanda habitaba fuera de la línea que limitaba la “racionalidad”. Amanda se quería ir.
La indulgencia humillante de sus padres que la había torturado desde niña, la empujaba aún más a dejar el mundo, se sentía profundamente sola. La carta que recibió había sido la gota que rebalsó el vaso y al mismo tiempo había sido un llamado al alivio.Esa noche tomó una decisión.
Concientemente temblaba por su destino ya, irremediable, nada podía hacer, la desesperación era demasiado grande.
En la medianoche del 1º de enero del 1900, mientras todos festejaban, un ser agonizaba… bajo las vías del tren.
Al llegar las 12 un rostro de horror conmovió el ambiente al volver con la noticia de que Amanda había muerto.
Su cuerpo estaba intacto, su rostro, completamente destruido.
A las 12:00 de la noche todos los 1º de enero, pasaba un tren por las vías, y su silbido parecía un grito de dolor.
Una noche los padres al ir a la habitación de la ya difunta hija, encontraron una carta que decía lo siguiente:
“Querida Amanda: Te escribo porque sé que tú me entiendes. Yo sé como estás, y sé que éste no es nuestro mundo; no es como lo imaginábamos.Seremos marginados, solo sé que nacimos para estar en otro lugar, en otra realidad, en la de la VERDAD... Esta libertad no es un fin, es un comienzo. Yo elegí esta libertad, el último destino. El principal alivio está donde lo encuentres. Yo encontré aquí mi alivio. Es así... Cuando leas esto ya no estaré aquí. Estaré en el otro mundo, en el mundo de paz. Ojalá tu puedas encontrar la otra alternativa, la felicidad. Siempre tuyo. Sam ” .
De ahí en adelante, los padres contemplaban todas las noches la habitación de Amanda. Y de reojo por la ventana, los contemplaba todas las noches, una mujer de máscara.
Ingrid Fainstein Oliveri, 2º B.

jueves, 3 de julio de 2008

HARRY GÓMEZ

Suena el despertador a las 6.30 de la mañana. Me despierto con un poco de desagrado… pero lo apago y me levanto. Me visto, preparo la mochila, me tomo el desayuno y me acuesto el tiempo que queda. Salgo de la cama, agarro los 10 centavos y el boleto secundario y voy hacia la parada del colectivo. Espero en la zona de detención que se digne a venir el colectivo que espero y, ¡Oh! ¡Casualidad! Cuando más frío hace más tarda. Por suerte lo veo venir a unas cuadras. El frío por un rato se va a pasar… y por fin, tomo el colectivo, que siempre está lleno. Por suerte, hoy no viene tan lleno y hay algunos asientos. Me siento en el último asiento y me agarra sueño…
De pronto siento que me zamarrean, al abrir los ojos me doy cuenta que me quedé dormido. Estaba en la Terminal. Bajé apurado del colectivo porque era tarde y por la vergüenza. Espero otro colectivo y empecé a moverme de lado a lado pensando que el tiempo pasaba más lento. Luego cuando llega el colectivo corrí para ser el primero en subir y sacar el boleto escolar. Corrí hacia el asiento teniendo cuidado de no dormirme, esta vez, mirando los negocios, contando las letras de los carteles. Todo sirve para entretenerme y no dormirme nuevamente. Al fin estoy cerca, bajo del colectivo y camino por el costado del botánico hacia la escuela.
Llego pero… todo está completamente vacío, ni un alma a la vista, ni un aura que me haga sentir gente a mi alrededor.
De repente, empiezo a escuchar voces que vienen del aula magna y el laboratorio. Bajo las escaleras asustado ya que estaba completamente oscuro y sentía que en cualquier momento me saldría encima algo o me caería de las escaleras. Al llegar abajo, escuché las voces cada vez más fuertes y al abrir la puerta me encontré con “NADA” pero seguía escuchando las voces… entonces pensé que no había clases (algo así para salir de la escuela lo antes posible) y subí las escaleras. La puerta estaba completamente cerrada, subí creyendo que los maestros estaban arriba, o por lo menos las llaves de la puerta.
Las llaves estaban en la mesa del invernáculo aula, al acercarme a verla me encontré con que las llaves estaban majadas, pensé que se cayeron al tanque que estaba al lado de la puerta; así que las tomé y abrí la puerta. Salí de la escuela y vi que las plantas estaban quemadas. Vi humo dentro de la escuela y corrí dentro. A lo largo una silueta alejándose entre las lamas, y en el humo… corrí tras ella y vi un hombre encapuchado que corría huyendo. Pensándolo mejor, volví a la escuela. Subí al piso de arriba y tomé todas las regaderas y los baldes que había. Los llené y los baje rápido. Pero… ya no había fuego, las plantas estaban intactas y no había rastro de Nada. Dejé las regaderas en el suelo y salí al patio. Al levantar mis manos veo que me estaban quemando, todo mi cuerpo estaba en llamas. De repente, escucho mi nombre… abrí los ojos y aparecí en mi cama. Era mi madre que me decía que llegaba tarde a la escuela. En mi mochila había llaves iguales a las del sueño. Pensé que eran de mi casa, pero, estaban mojadas…

Aaron Gómez

Lo nuestro terminó…

Lo nuestro terminó…
Pero tengo que decirte
Que todavía no te olvido.
Por más que traté de olvidarte…
No lo consigo
Porque estoy enterrando en tus suspiros
Cada palabra que sale de tu ser.
Yo sólo imagino… que dices tu nombre y el mío…
Lo nuestro terminó...
Aquel día que me dijiste “Adios”;
Desde ese momento
Quedó a la deriva mi corazón…
Navegando sin motivo y sin razón
Esperando que vuelvas a este navío
Y devuelvas el tesoro que allí había escondido…
Lo nuestro terminó…
Pero sé que en el fondo
De este mar de lágrimas
Solo quedó…
Tu nombre y el mío.

Este Poema es para la persona
Que más he querido…


Facundo Martín