Suena el despertador a las 6.30 de la mañana. Me despierto con un poco de desagrado… pero lo apago y me levanto. Me visto, preparo la mochila, me tomo el desayuno y me acuesto el tiempo que queda. Salgo de la cama, agarro los 10 centavos y el boleto secundario y voy hacia la parada del colectivo. Espero en la zona de detención que se digne a venir el colectivo que espero y, ¡Oh! ¡Casualidad! Cuando más frío hace más tarda. Por suerte lo veo venir a unas cuadras. El frío por un rato se va a pasar… y por fin, tomo el colectivo, que siempre está lleno. Por suerte, hoy no viene tan lleno y hay algunos asientos. Me siento en el último asiento y me agarra sueño…
De pronto siento que me zamarrean, al abrir los ojos me doy cuenta que me quedé dormido. Estaba en la Terminal. Bajé apurado del colectivo porque era tarde y por la vergüenza. Espero otro colectivo y empecé a moverme de lado a lado pensando que el tiempo pasaba más lento. Luego cuando llega el colectivo corrí para ser el primero en subir y sacar el boleto escolar. Corrí hacia el asiento teniendo cuidado de no dormirme, esta vez, mirando los negocios, contando las letras de los carteles. Todo sirve para entretenerme y no dormirme nuevamente. Al fin estoy cerca, bajo del colectivo y camino por el costado del botánico hacia la escuela.
Llego pero… todo está completamente vacío, ni un alma a la vista, ni un aura que me haga sentir gente a mi alrededor.
De repente, empiezo a escuchar voces que vienen del aula magna y el laboratorio. Bajo las escaleras asustado ya que estaba completamente oscuro y sentía que en cualquier momento me saldría encima algo o me caería de las escaleras. Al llegar abajo, escuché las voces cada vez más fuertes y al abrir la puerta me encontré con “NADA” pero seguía escuchando las voces… entonces pensé que no había clases (algo así para salir de la escuela lo antes posible) y subí las escaleras. La puerta estaba completamente cerrada, subí creyendo que los maestros estaban arriba, o por lo menos las llaves de la puerta.
Las llaves estaban en la mesa del invernáculo aula, al acercarme a verla me encontré con que las llaves estaban majadas, pensé que se cayeron al tanque que estaba al lado de la puerta; así que las tomé y abrí la puerta. Salí de la escuela y vi que las plantas estaban quemadas. Vi humo dentro de la escuela y corrí dentro. A lo largo una silueta alejándose entre las lamas, y en el humo… corrí tras ella y vi un hombre encapuchado que corría huyendo. Pensándolo mejor, volví a la escuela. Subí al piso de arriba y tomé todas las regaderas y los baldes que había. Los llené y los baje rápido. Pero… ya no había fuego, las plantas estaban intactas y no había rastro de Nada. Dejé las regaderas en el suelo y salí al patio. Al levantar mis manos veo que me estaban quemando, todo mi cuerpo estaba en llamas. De repente, escucho mi nombre… abrí los ojos y aparecí en mi cama. Era mi madre que me decía que llegaba tarde a la escuela. En mi mochila había llaves iguales a las del sueño. Pensé que eran de mi casa, pero, estaban mojadas…
De pronto siento que me zamarrean, al abrir los ojos me doy cuenta que me quedé dormido. Estaba en la Terminal. Bajé apurado del colectivo porque era tarde y por la vergüenza. Espero otro colectivo y empecé a moverme de lado a lado pensando que el tiempo pasaba más lento. Luego cuando llega el colectivo corrí para ser el primero en subir y sacar el boleto escolar. Corrí hacia el asiento teniendo cuidado de no dormirme, esta vez, mirando los negocios, contando las letras de los carteles. Todo sirve para entretenerme y no dormirme nuevamente. Al fin estoy cerca, bajo del colectivo y camino por el costado del botánico hacia la escuela.
Llego pero… todo está completamente vacío, ni un alma a la vista, ni un aura que me haga sentir gente a mi alrededor.
De repente, empiezo a escuchar voces que vienen del aula magna y el laboratorio. Bajo las escaleras asustado ya que estaba completamente oscuro y sentía que en cualquier momento me saldría encima algo o me caería de las escaleras. Al llegar abajo, escuché las voces cada vez más fuertes y al abrir la puerta me encontré con “NADA” pero seguía escuchando las voces… entonces pensé que no había clases (algo así para salir de la escuela lo antes posible) y subí las escaleras. La puerta estaba completamente cerrada, subí creyendo que los maestros estaban arriba, o por lo menos las llaves de la puerta.
Las llaves estaban en la mesa del invernáculo aula, al acercarme a verla me encontré con que las llaves estaban majadas, pensé que se cayeron al tanque que estaba al lado de la puerta; así que las tomé y abrí la puerta. Salí de la escuela y vi que las plantas estaban quemadas. Vi humo dentro de la escuela y corrí dentro. A lo largo una silueta alejándose entre las lamas, y en el humo… corrí tras ella y vi un hombre encapuchado que corría huyendo. Pensándolo mejor, volví a la escuela. Subí al piso de arriba y tomé todas las regaderas y los baldes que había. Los llené y los baje rápido. Pero… ya no había fuego, las plantas estaban intactas y no había rastro de Nada. Dejé las regaderas en el suelo y salí al patio. Al levantar mis manos veo que me estaban quemando, todo mi cuerpo estaba en llamas. De repente, escucho mi nombre… abrí los ojos y aparecí en mi cama. Era mi madre que me decía que llegaba tarde a la escuela. En mi mochila había llaves iguales a las del sueño. Pensé que eran de mi casa, pero, estaban mojadas…
Aaron Gómez
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