viernes, 26 de octubre de 2007

Seres mitológicos: El basilisco



Basilisco significa pequeño rey.
En el siglo VII era una serpiente: en su cabeza tenía una mancha clara en forma de corona. En la edad media, fue imaginado como un gallo cuadrúpedo con un plumaje amarillo, con grandes alas espinosas y cola de serpiente que podía terminar en un garfio o en otra cabeza de gallo. Cuenta la leyenda que si el basilisco te miraba, te convertía en piedra con su mirada mortífera. Parece que fue la sangre de Medusa la que le dio vida, así es que del mismo modo que las gorgonas de la mitología griega, cuando este ser mira pasan cosas terribles: caen muertos los pájaros, se pudren los frutos y se envenenan los ríos por muchos siglos. Su mirada rompe las piedras y quema los pastos.
Los viajeros llevaban gallos para atravesar comarcas desconocidas porque el gallo era el único animal que le producía miedo. Otra arma contra el basilisco era el espejo porque se mira y su reflejo lo mata.
Los enciclopedistas cristianos rechazaron las fábulas mitológicas y pretendieron dar una explicación racional del origen del basilisco: ¡es solo un reptil venenoso!, aseguraron. La hipótesis más favorable fue la de un huevo contrahecho y deforme puesto por un gallo e incubado por una serpiente o un sapo.
El gran poeta español Quevedo le escribió un romance:
Si está vivo quien te vio,
Toda tu historia es mentira,
Pues si no murió, te ignora,
Y si murió no lo afirma.
Investigación: Javier Solís

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